La producción de fruta en Chile enfrenta importantes desafíos generados por el cambio climático. En varios artículos hemos señalados que uno de los principales problemas que tenemos en la actualidad es la escasez hídrica, pero el cambio climático trae consigo otras alteraciones que requieren ser consideradas. Una de ellas son los cambios de temperatura que ocurren en la zona frutícola, tanto de las mínimas, máximas y otros índices bioclimáticos que impactan en el comportamiento fisiológico de las plantas. Se ha planteado un incremento en el tiempo de 2 grados de la temperatura promedio y, lo más probable, de un alza en las temperaturas mínimas invernales que podrían afectar la acumulación de horas fríos (HF) o unidades de frío (UF).
Tradicionalmente en el manejo de la uva de mesa en la zona centro norte de Chile, se han realizado aplicaciones de cianamida hidrogenada (CH) con el fin de sustituir en parte la acumulación de horas frío, las cuales son deficitarias en la zona por presentar inviernos templados. La utilización de CH permite obtener un mayor porcentaje de brotación (Figura 1), en forma más temprana y concentrada, en comparación con una situación sin aplicaciones. Si no se utiliza esta técnica, surgen graves problemas de manejos, tanto los realizados por los trabajadores (desbrota, ajuste de carga, arreglo de racimos) como en los tratamientos de agroquímicos, principalmente ácido giberélico y otros reguladores de crecimiento.
Previo a las aplicaciones de CH (35 a 45 días antes de brotación), se realiza la poda de producción, lo que obliga normalmente a concentrar esta labor en un periodo corto y requiriendo un número importante de personal para realizarla. Las aplicaciones de CH no se pueden retrasar para dar más tiempo para la poda, dado que las aplicaciones tardías pueden dañar las yemas que tienden a abrirse afectando las hojitas basales, se puede alterar la brotación e inclusive obtener un efecto totalmente adverso al deseado.
Un segundo problema que se ha experimentado en el último año es la falta de mano de obra para realizar las labores manuales en los predios, con una clara pérdida de competitividad debido al incremento de los costos. En la última temporada y dependiendo de la zona, se registraron aumentos de hasta un 160%. Estos valores, considerando que la mano de obra corresponde aproximadamente a un 65% de los costos totales, obligan a repensar las labores para adaptarnos a esta nueva realidad.
EL ESTUDIO
En 2012, Marcela Benavente realizó su tesis de Magíster en Ciencias Agropecuarias, Mención Producción Frutícola (Universidad de Chile), cuyo título fue “Efecto de la época de poda, ajuste de carga y arreglo de racimo sobre variables vegetativas y productivas en vides de mesa”. En ese marco, y adelantándonos a una eventual escasez de mano de obra, en el Centro Regional de Estudio Agronómico de la U. de Chile, UChileCrea, nos planteamos el objetivo de evaluar si la fecha en que se realiza la poda invernal en vides de mesa, en relación a la aplicación de cianamida hidrogenada, puede afectar la calidad de la brotación, su fructificación y rendimientos. Para eso se tomó una zona de baja dotación de frío invernal en la Región de Atacama.
Se estableció un diseño completamente al azar, con estructura factorial de tratamientos (7 x 3), con cuatro repeticiones; el factor 1 correspondió a la fecha de poda (FP) y el factor 2 a la posición de la yema en el cargador (PY). Para el factor fecha de poda se determinaron siete niveles; 7 junio, 12 junio, 20 junio, 29 junio, 6 julio, 13 julio y 20 julio; y para el factor ubicación de yema en el cargador se determinaron tres niveles: basal, medio y distal.
Para el caso de Thompson Seedless, se consideraron las tres primeras yemas del cargador como basales, las tres siguientes como medias y las tres últimas como distales, mientras que para Flame Seedless se consideraron las dos primeras yemas como basales, las tres siguientes como medias y las dos últimas como distales. La unidad experimental fue la planta.
La aplicación de cianamida hidrogenada (CH) se realizó el 30 de junio (105 horas frío) a todos los tratamientos, a una concentración de 2,5% de ingrediente activo (5% de producto comercial, Gro 500®, BASF Chile), con turbonebulizadora y un mojamiento de 1.400 L/ha.
En cada planta se marcaron cuatro cargadores de igual vigor y número de yemas, una por cada punto cardinal. Se usaron para el ensayo cargadores de 9 yemas y 25 cargadores por planta. Se evaluó el porcentaje de brotación, la fertilidad efectiva, el largo de brotes y morfología de los racimos.
Posterior al análisis estadístico correspondiente, se determinó para todas las variables evaluadas que no existió interacción entre la fecha de poda y la posición de la yema en el cargador en ambas variedades, por lo que se analizó cada factor en forma independiente.
CALIDAD DE BROTACIÓN Y FERTILIDAD EFECTIVA
La fecha de poda no afectó el porcentaje de brotación ni el largo de brotes de ambas variedades (cuadros 1 y 2). Se presentaron diferencias en el porcentaje de brotación y largo de brotes según la posición de las yemas en el cargador, obteniendo, las yemas distales, el doble del porcentaje de brotación respecto de las basales en ambas variedades.
En ambas variedades no se observó diferencia en la fertilidad efectiva entre los tratamientos de fecha de poda (cuadros 1 y 2), pero sí según la ubicación de la yema. Los resultados permiten ver la diferencia varietal en la fertilidad efectiva, siendo de 57,8% en Flame Seedless y sólo de 34,04% en Thompson Seedless.
MORFOLOGÍA DEL RACIMO
Previo al ajuste de carga, en ambas variedades, la fecha de poda no afectó la morfología del racimo, determinada como el largo de racimo y largo de hombros superiores (cuadros 3 y 4).
Se detectó diferencia en la morfología del racimo, al evaluar largo de hombros superiores, entre los racimos ubicados en brotes distales respecto de los ubicados en la parte media o basal del cargador, tanto en Thompson Seedless como Flame Seedless (cuadros 3 y 4); los racimos distales presentaron mayor largo de hombros superiores, puesto que las yemas distales tendrían un periodo más prolongado de diferenciación de inflorescencias generando así inflorescencias mejor conformadas, previo a la latencia, respecto a las de la base.
Por su parte, en las evaluaciones a cosecha no se detectaron diferencias en el peso de los racimos, diámetro y peso de las bayas.
De los datos presentados se puede señalar que, frente a una baja importante en la disponibilidad de mano de obra, es factible realizar la aplicación de CH en las fechas determinadas y seguir luego podando los cuarteles que no alcanzaron a estar listos. Se recomienda que los cuarteles no podados tengan muy pocas hojas remanentes y previo a la aplicación de la CH, si no ha llovido, lavar con la turbonebulizadora y un buen mojamiento (2.500 a 3.000 L/ha de agua) para eliminar la tierra de las yemas y optimizar la acción de la CH, evitando el efecto hidrófobo que ejerce el polvo depositado sobre ellas.
Fuente: www.mundoagro.cl
