Nos enfrentamos a épocas de cambio, cambios de todo tipo. Para el establecimiento de huertos de cerezo, avellano, nogal y otras, se deben tener en cuenta varios factores que por separado son trascendentes pero que constituyen parte de un todo. Esto significa tener un enfoque holístico, es decir que el huerto y sus características deben ser analizados en su conjunto y no solo a través de las partes que los componen, sobre todo durante su establecimiento. El holismo considera que el todo es un sistema más complejo que la simple suma de sus elementos constituyentes.
Para tener en cuenta los factores o pequeños-grandes detalles más importantes que son o pueden ser diferentes en el desarrollo futuro de los huertos:
- Aumento sostenido de las temperaturas máximas y medias.
- Disminución de la disponibilidad de la mano de obra.
- Reducción de la disponibilidad de productos químicos y fitosanitarios.
- Mayor costo de la mano de obra.
- Mayores problemas fitosanitarios debido a una mayor presión y presencia de mayor diversidad de patógenos.
- El agua será más escasa y de peor calidad.
Obviamente que uno de los temas relevantes al establecer un huerto es la calidad de la planta. Esto no solo implica la genética considerada sino que las condiciones de desarrollo, sanidad, estado de la unión patrón-injerto y, en el caso de polinizantes, la capacidad de producir polen tempranamente en el desarrollo del huerto. Así, por ejemplo, establecer los polinizantes previamente o en un estado de desarrollo más avanzado es relevante en especies anemófilas como el nogal y el avellano.
En nogales y cerezos los portainjertos clonales son la base de la industria, sobre todo en nogales donde su utilización permitirá aprovechar zonas o suelos con mayores restricciones; así Vlach y RX1 constituyen una alternativa necesaria en algunos sectores. En el caso del cerezo hemos detectado problemas en la formación del callo en plantas en bolsa con apenas dos o tres meses de desarrollo desde el injerto hasta la venta de la planta. Esta herida puede presentar problemas sanitarios, como presencia de Pseudomonas syringae pv syringae, a través de análisis fitopatológicos realizados en los laboratorios del INIA Quilamapu.
El tema de calidad de las plantas ha sido profusamente analizado y por ende no constituye per se un aspecto importante. Sólo destaco algunos detalles a tener en cuenta al momento de establecer.
NUEVOS ANTECEDENTES Y TRASCENDENCIA DEL RIEGO
En todos los frutales los parámetros de riego deben cambiar y modificarse de acuerdo a las condiciones actuales y, en especial, futuras del medio ambiente y el entorno. La tendencia a considerar el desarrollo de un “suelo vivo” debe llevarnos a planificar un riego adecuado a dicha condición, sobre todo en la zona sur donde las condiciones de disponibilidad de agua aún lo permiten. En el caso del cerezo la producción de la temporada está muy poco influenciada por el riego en condiciones normales. El calibre y el contenido de azúcares del fruto tampoco se ven influidos por el suministro hídrico. Por el contrario, un déficit hídrico induciría a una deficiencia de calcio en el fruto y, en consecuencia, a una menor firmeza.

Pero las condiciones de riego de la temporada precedente y durante la postcosecha son trascendentales en la calidad y cantidad de frutos que puede soportar una combinación patrón – injerto en particular en un huerto específico.
Las necesidades hídricas deben definirse considerando las condiciones antes mencionadas de mayor demanda y altas temperaturas. Sobre todo el primer año, el riego debe aplicarse en el momento oportuno, en cantidad suficiente y con alta eficiencia de distribución, para evitar daños por exceso o déficit de humedad. Esto no se logra con un riego programado sino que se debe monitorear permanentemente porque las condiciones cambian muy rápido, en especial con el desarrollo de las planta, las condiciones climáticas y agroecológicas por la competencia con las malezas. Una planta con un sistema radicular pequeño no puede tolerar periodos largos de falta de agua.
El riego debe suministrarse en el momento oportuno de aplicación de agua (frecuencia de riego) y la cantidad a aplicar (tiempo de riego) a partir de información básica como prospecciones directas, evapotranspiración potencial y caracterización físicohídrica del suelo. El riego localizado es de alta frecuencia, pero debe adaptarse a las características del suelo para evitar problemas de saturación en el bulbo húmedo por texturas arcillosas, alta densidad aparente o compactación del suelo. Ver cuadro 1.

La aplicación de agua mediante riego por microaspersión debe localizarse cerca de las raíces de la planta, al igual que en el caso el riego por goteo la primera y eventualmente la segunda temporada.
CONDICIONES DE IRRIGACIÓN PARA DISTINTOS PORTAINJERTOS
– Nogales
Los patrones clonales de Paradox para nogal, como el VX211, son muy vigorosos y muestran cierta tolerancia a los nematodos. RX1 es un patrón menos vigoroso, que tiene tolerancia de moderada a alta a P. cinnamomi y puede ser moderadamente resistente a Agrobacterium tumefaciens. Vlach, por su parte, es un patrón vigoroso. Pero ninguno de los portainjertos de nogal negro o híbridos Paradox de origen californiano es resistente a Black Line, por lo tanto si este problema pudiese ser importante se debe usar Juglans regia. En mi experiencia todos los portainjertos clonales de Paradox son bastante tolerantes al estrés hídrico, probablemente debido a un mayor vigor y desarrollo radicular.

– Cerezo
Gisela 6: Es una variedad de cerezo ácido, Prunus cerasus (Guindo) x Prunus Canescens (Cerezo de hoja gris). Mantener a las plantas en un buen estado hídrico resulta esencial, el riego por aspersión es más adecuado. En marcos de plantación menos intensivos, Gisela 6 tiene acceso a una mayor cantidad de recursos hídricos procedentes de la lluvia, siendo necesaria una menor dotación de riego respecto a Gisela 5.

Pontaris: Es un portainjerto rústico y se sugiere racionar el suministro de agua para disminuir el tiempo de entrada en producción.
Pontavium: De similares características que el anterior.
SL64 y Pontaleb: Después del establecimiento, una menor disponibilidad hídrica en la cuarta temporada puede adelantar la entrada en producción. Se sugiere evitar el exceso de humedad en el suelo, distanciando los riegos (menor frecuencia), sobre todo en suelos de textura más fina. Es recomendable establecerlo en camellón.
Colt: Presenta una densidad radicular muy importante en los primeros centímetros o estratas de suelo. Por estas características es importante el riego localizado y de mayor frecuencia. Por su tolerancia al exceso de humedad en el suelo, no presenta problemas en riego localizado y texturas finas.
Maxma 14: El riego en este patrón es muy necesario. Se sugiere microaspersión o microjet. La fertirrigación, debido a su sensibilidad a la deficiencia en magnesio, puede ser muy importante.
– Avellano

En general el avellano se adapta muy bien a todo tipo de riego, su tolerancia al estrés hídrico y al exceso de humedad lo hace muy versátil.
EL SUELO NO ES SÓLO UN SOSTÉN
El suelo debe evaluarse en forma exhaustiva previo al establecimiento del árbol frutal. Para ello, se debe realizar un análisis físico y químico del suelo, y evaluar además la disponibilidad y calidad del agua con la que se va a regar, conocer la historia de los cultivos anteriores, analizar la topografía y ubicación geográfica del terreno a utilizar.
La evaluación física del suelo implica en primer lugar determinar la profundidad efectiva y la presencia de napas freáticas permanentes y temporales. En este sentido, pueden existir algunas limitantes importantes como la presencia de un horizonte de estructura cementada, un horizonte salino y/o una napa freática.

Dentro de lo que se denomina labranza vertical se encuentra el subsolado del suelo. Si esto es así se deben evaluar las posibles intervenciones y su costo, de manera de corregir estos problemas. Las acciones más comunes son la intervención física a través, por ejemplo, de un arado subsolador, excavadora en lo más radical y otros equipamientos como los arados de cinceles que permitan fragmentar el suelo para reducir estos problemas.
La confección de camellones para el establecimiento de frutales es una práctica muy difundida. Esta labor posee importantes ventajas que se traducen en una mejor aireación del suelo, un distanciamiento de las raíces de eventuales napas freáticas, un menor riesgo de enfermedades al cuello de la planta y una mayor proporción de materia orgánica acumulada en el suelo del camellón.

Sus principales desventajas son el encarecimiento del costo de plantación, el problema que causa en el riego principalmente superficial durante los primeros años y la mayor dificultad de las labores en el huerto.
Los cultivos precedentes al establecimiento del huerto pueden acarrear la presencia de diversas enfermedades fungosas y bacterianas, como Armillaria mellea (cuando ha existido vid, árboles forestales o cultivos de berries), Agrobacterium tumefaciens, Verticilium spp. o Phytophtora spp., principalmente cuando se ha presentado el problema o cuando las especies anteriores son sensibles a estos patógenos. En el caso del cerezo, existen patrones que pueden ser utilizados cuando la posibilidad de este problema sea alta.
La presencia de nemátodos con cultivos sensibles puede acarrear una alta incidencia de este problema al momento de establecer el huerto. Se puede realizar un análisis previo si se sospecha la presencia de estos organismos.
PROBLEMAS QUÍMICOS DEL SUELO
Un análisis químico de suelo anterior al establecimiento del huerto, permite determinar la presencia de elementos fitotóxicos para los portainjertos, lo que determina la elección del portainjerto. Adicionalmente, se obtiene información sobre el pH, el contenido de materia orgánica y los niveles de macro y micro-elementos, evitando el aporte excesivo de elementos nutritivos, así como los problemas nutricionales en el mantenimiento del huerto.
El pH es un factor muy importante, que debe ser corregido en caso de presentarse problemas de acidez o alcalinidad. El pH óptimo para el crecimiento del árbol de esta especie se encuentra entre 6 y 7.

En cerezos, nogales y avellanos con un pH inferior a 6 se pueden presentar problemas de carencia de algunos elementos como nitrógeno (N), potasio (K), azufre (S), magnesio (Mg), fósforo (P) y calcio (Ca), ya que estos elementos se encuentran de manera menos asimilable. También en este tipo de suelos se presenta un aumento de la concentración de aluminio soluble con los consiguientes problemas de fitotoxicidad en algunas ocasiones. Lo ideal es entonces realizar una curva de capacidad tampón del suelo y de acuerdo al pH efectivo realizar una enmienda cálcica para llevarlo a niveles óptimos de pH. Bajo estas condiciones se deben utilizar fertilizantes que eviten el descenso del pH, como puede ser la urea; esto es muy importante cuando se cuenta con un sistema de riego localizado y fertirrigación.

Algunos de los fertilizantes recomendados en este caso son nitrato de calcio y nitrato de magnesio, nitrato de potasio, fosfato monopotásico, entre otros.
Con pH entre 6 y 7, la asimilación y la actividad biológica del suelo son óptimas. La presencia de cobertura vegetal y la aplicación de calcio debe mantener el pH de suelo, ya que los iones de Ca++ al lixiviarse son reemplazados por iones H+ pudiendo disminuir el pH.
Con pH superior a 8 pueden presentarse problemas de clorosis férrica o deficiencia de fósforo al ser menos solubles los fosfatos. Para evitar estos problemas se deben aplicar fertilizantes acidificantes y fosfatados.
PRESENCIA DE MALEZAS
Las malezas compiten con los frutales principalmente por factores de producción (agua, luz y nutrientes). Esta competencia es mayor en plantas recién establecidas principalmente por su escaso desarrollo radicular y aéreo. El objetivo del manejo del suelo es permitir un buen desarrollo de los árboles, a través del mejor aprovechamiento del suelo, del suministro hídrico y mineral proporcionado.
En ensayos realizados en plantas jóvenes de cerezo, se pudo constatar que aquellas que estaban enmalezadas, la producción se retrasó prácticamente un año. Además, plantas jóvenes libres de malezas responden mejor a la aplicación de nitrógeno, por lo tanto, el costo de esta práctica se reduce si no existe este problema.

Por otra parte, las malezas pueden servir de huéspedes alternantes o lugar de hibernación para insectos y patógenos. La alelopatía es la acción negativa de sustancias secretadas por las malezas sobre el crecimiento de plantas superiores. Malezas como maiciIlo (Sorghum halepense) y chépica (Paspalum spp) producen toxinas capaces de inhibir el desarrollo radical de varias especies.
Un inconveniente importante es la fitotoxicidad que pueden causar algunos herbicidas en árboles jóvenes. Por otro lado, obligan al corte periódico del pasto y generan un mayor consumo de agua y nitrógeno, pero en contraposición pueden actuar como refugios de flora fúngica y bacteriana, además de ser el hábitat de enemigos naturales de plagas.
Las cubiertas vegetales son imprescindibles en condiciones en que el huerto permanece con el suelo saturado cuando se deban realizar aplicaciones fitosanitarias. Las ventajas de la cobertura vegetal, al influir positivamente en la estructura del suelo, son permitir una mejor aireación y una mayor permeabilidad del suelo así como disminuir los riesgos de compactación y asfixia. Otro tema de relevancia es que morigera las altas temperaturas y permite un mejor desarrollo de las plantas.

En los aspectos nutricionales, la cobertura vegetal mejora la tasa de materia orgánica en el suelo, reduce algunas carencias nutricionales, además de mejorar la cantidad de raíces superficiales y la asimilación de nutrientes. Por otro lado, disminuye la lixiviación del nitrógeno y la erosión, que son pérdidas de importancia en los suelos.
Las especies ideales para utilizar como cobertura entre-hileras deben poseer las siguientes características:
- Fácil de establecer y de crecimiento vegetativo débil, si es perenne.
- Producir materia seca importante, si es lo que se busca.
- Debe resistir el paso de la maquinaria.
- Buena resistencia a la sequía y al frío.
- Que compita bien con las malezas para inhibir el desarrollo de otras especies.
- De larga vida y tolerante a la sombra.
En general, se recomienda como cobertura vegetal ballica inglesa (Lolium multiflorum), festuca (Festuca arundinacea), avena (Avena sativa), triticale, centeno y vicia.

Uno de los fenómenos más complicados en la vida de un huerto productivo son las heladas. Es muy importante tomar las precauciones necesarias, primero a través de métodos pasivos de control. Algunas de las prácticas más usuales son la formación de la planta más alta desde el establecimiento, por ejemplo con SAPSYSTEM en nogales y cerezos, y pintar los troncos de las plantas para evitar los daños por deshidratación que causan las temperaturas bajo cero. Establecer en camellones altos también genera ventajas al estar más cerca de la capa de inversión térmica.
Fuente: www.mundoagro.cl