La cebolla en Chile es uno de los cultivos más desarrollados, con producciones desde la XV a la IX región. La mayor cantidad de cebollas que se producen son de día largo o cosecheras (Titán y Thor por ejemplo), las cuales son orientadas en buena parte a la guarda para épocas de frio.
Llegando la primavera, los gustos comienzan a cambiar como el clima, se buscan cebollas nuevas, con más agua y menos pungencia. Entonces se hacen presente las cebollas de rama u Overwinter. Su nombre en inglés hace referencia a la época de cosecha de estas, que comienza terminando el invierno. Esta cebolla es más fresca, con una rama vigorosa y de sabor más suave, ideal para acompañar las tan esperadas ensaladas en septiembre. Las cebollas Overwinter son una variante que se produce principalmente en la zona central de Chile, fuertemente entre la RM y VI región. Estas zonas han crecido mucho con este tipo de cebollas, dado su clima favorable y la tecnología que cada vez acompaña de mejor manera al cultivo. El uso de cintas de riego, siembra directa y el uso de mesas de producción, hacen más eficiente el desarrollo del cultivo, adaptándolo de mejor manera para sus labores y crecimiento propio del bulbo.
Las cebollas Overwinter o de rama, se comienzan a sembrar para almacigo desde la primera semana de enero, aunque algunos aventurados agricultores han comenzado a sembrarla después de la Pascua. Para siembra directa en cambio, la semilla debe estar activada desde febrero en adelante mientras el almacigo se trasplanta entre marzo y abril. Este último mes también es de un riesgo medio, pues entrar a frio con una planta poco desarrollada (menos de 8 hojas verdaderas), puede ocasionar que la planta se desarrolle muy poco y llegue a primavera con bajo vigor, entregando un bajo potencial productivo. Estas cebollas poseen un gran vigor, el cual se manifiesta en el último mes de crecimiento, donde su bulbificación ocurre rápidamente, dando poco espacio para corregir errores tanto en la fertilización (el exceso de nitrógeno es perjudicial para la calidad del cultivo, permitiendo el ingreso de bacterias, y además promueve la división de centros de crecimiento, comúnmente conocido como bulbos dobles o cebolla parida) y en la falta de crecimiento por trasplante o siembra tardía. Se han dado casos incluso con una semana de diferencia entre transplantes, en que una cebolla bulbifica y la otra no alcanza a inducirse, quedando algo más débil que un cebollín.
Pese a esto, es la segunda cebolla más producida en Chile, seguida de la cebolla intermedia o pascuina (Acadia) y la cebolla de día corto (Naira), muy producida en Arica.
Es una de las cebollas con menor rango de épocas para su siembra o trasplante, tomando en cuenta que la intermedia se puede plantar desde abril a junio, y la de día largo se puede sembrar desde mayo y trasplantar hasta fines de agosto e incluso septiembre según la zona. Para todos los casos, el uso de siembra directa va en aumento constante, por costo (casi tres veces más caro el almacigo-trasplante), uniformidad de cultivo y vigor de desarrollo de este.
La mayoría de las OW carecen de muchas resistencias o tolerancias, por lo que sus manejos fitosanitarios son clave. Mildiú y Botrytis pueden atacar en el estado de almacigo hasta el inicio de desarrollo del bulbo, mientras que la roya y el Stemphylium pueden hacer daño desde el trasplante hasta la madurez. La raíz rosada (Phoma terrestris) se presenta en cultivos que se desarrollan en terrenos cultivados con baja rotación, atacando las raíces y perjudicando fuertemente su bulbificación. Para esto, las variedades comerciales en Chile difieren mucho en la tolerancia que presentan para terminar su desarrollo en suelos repetidos, siendo Estrella y Exstar variedades que se han adaptado muy fuerte a estos campos y zonas productivas, tanto por su precocidad, uniformidad de cultivo y desarrollo de calibre al término de su período de bulbificación. Además, presentan una buena tolerancia al bolting o subida.
Como parte de nuestra dieta funcional, la cebolla cumple un importante rol, ya que más allá de los fructanos y flavonoides que contiene, su consumo periódico ayuda en la reducción de enfermedades cardiovasculares, disminuyendo el colesterol, lípidos en la sangre y actividad de plaquetas.
La cebolla es y seguirá siendo uno de nuestros cultivos preferidos, exportando a Sudamérica (Brasil) y con alto consumo a lo largo del año. Cada día se genera más información acerca de este noble producto, trayendo genéticas desde Asia y Norteamérica, que nos ayudan a mejorar nuestro sistema productivo y su potencial de cosecha (en OW hasta 70 t/ha, y en día largo hasta 124 t/ha).
Clover Oyarzún Subiabre
Ing. Agrónomo PUCV. Semillas Latinoamericana Chile SLA.
