El cambio en la forma de cultivar ha logrado que cada vez se busque producir más, con mayor calidad, más nutritivo y sostenible en el tiempo. Para conseguir estos desafíos, es necesario controlar los factores que afectan directamente a los cultivos; riego, control de clima, fertilización, control de malezas, control de plagas y enfermedades.
Los invernaderos con algún tipo de tecnología entregan estas posibilidades. Hoy existe una amplia gama de estructuras para lograr estos objetivos, los cuales generan un producto de altísima calidad.
Un sistema de alta tecnología (High Tech), consta de controlador automatizado de temperatura, humedad, radiación y CO2. Además, tienen una estación meteorológica propia para controlar todas las variables climáticas. Generalmente usan destratificadores para homogenizar el aire y estabilizar el proceso de inversión térmica, sensores de luminosidad, calefacción, sistema de humificación y el riego 100 % automatizado; todo esto controlado a través de un software específico.
En su diseño, son metálicos con cubiertas de plástico o vidrio, pero Chile no se utiliza vidrio por ser un país sísmico y el alto costo de la implementación.
Estas tecnologías existen hace más de 50 años, pero hoy en día, está mucho más masificado por la importancia de ser cada vez más eficientes en el uso de recursos y por tener mayor seguridad en los volúmenes, sin tener el riesgo intrínseco de las variables climáticas. Además, se consigue más calidad, mayor rendimiento, alta inocuidad y seguridad alimentaria.
El ahorro de agua versus un cultivo tradicional puede llegar a ser más del 85% ya que los equipos de riego entregan con exactitud lo que precisan los cultivos según su estado fenológico.
Estos tipos de invernaderos tienen sistemas de exclusión, mallas antiáfidos, cerrados herméticamente y cierre automático con cortina de viento, impidiendo la entrada de insectos voladores.
En resumen, es una estructura metálica dotada de equipamiento de alta tecnología que automatiza el cultivo gracias a un sistema informático.
Lo que caracteriza a las producciones, son la homogeneidad en calidad y la velocidad de crecimiento de sus diferentes órganos. (frutos, hojas, raíces)
La compra de estos invernaderos se adquiere ya diseñados y con control automatizado, como consideración específica es que se requiere de personal especializado.
Se controla mucho las entradas del personal; por medio de filtros sanitarios, lavado de manos y pediluvios. La idea es tener un cultivo protegido de cualquier agente externo.
Al recircular el agua de riego, necesariamente tenemos que pensar en sistemas de sanitización. Por lo tanto, la técnica del UV, ozono y el manejo de adicionar oxígeno al agua por medio de nano burbujas son técnicas que ayuda a tener un cultivo más sustentable.
Antes se pensaba solo producir hortalizas de fruto; como tomates, pimentones y berenjenas, ya que la rentabilidad era mayor, pero hoy en día ese paradigma ha cambiado y se producen hortalizas de hoja y aromáticas como lechugas, espinacas, berros, albahaca, rúcula y kale.
Los frutales menores, como el arándano, han entrado con fuerza a esta tecnología, logrando posicionarse dentro de la industria de invernaderos en todo el mundo.
En Chile, estos invernaderos no son comunes, solo existen un par de empresas que se atrevieron a importar esta técnica desde los países bajos del viejo mundo. Pero dado las dificultades climáticas que tenemos desde hace una década es una buena alternativa para producir más y mejor.
Se cree que la gran barrera de entrada es el alto costo, pero creo que es el conocimiento especifico. Sin un buen equipo, que esté preparado para manejarlo técnicamente, no se llegan a los resultados esperados.
Sebastián Pacheco Plá
Gerente Producción en “Pura Hoja” (Hidropónicos de La Cruz)
Ing. Agrónomo PUCV. Especialista en Invernaderos de Alta Tecnología.